lunes, marzo 06, 2006

los parecidos pueden jugar malas pasadas...

Diez minutos para las seis, tiempo preciso para llegar al Café B. Caminó por la callecita de siempre, más bien pausado como le gusta hacerlo. Mientras se desplazaba advirtió que ni siquiera había hecho el gesto femenino de mirarse al espejo, arreglarse un poco el pelo y tal vez humectar con algo de brillo los labios. Un poco de vanidad no viene mal –pensó- mientras se acomodaba con la mano los rulos desordenados de su cabeza. Sin embargo no iba a devolverse y apostó al cien por ciento natural que esta tan de moda.

Llegando al Café B, justo en el momento en que debía fijar la vista para ver si estaba su amigo esperándola, sucede lo impredecible, Él estaba allí, no su amigo el del café, sino Él. No espero confirmar nada, ni si su amigo estaba allí, ni si Él estaba acompañado de alguien, nada, simplemente bajo la vista y transitó sin rumbo.

Se puso nerviosa, se alteró, se inquietó (y todos los sinónimos posibles). En definitiva no supo que hacer. Sonó su celular, siempre suena en un momento inoportuno. Era un compañero de la pega para hablarle de ciertas cosas trascendentales, hizo su mejor esfuerzo para contestar de manera coherente, mientras ya había doblado la esquina.

Seguía al teléfono, en una suerte de acto reflejo salían las palabras de su boca, porque la verdad estaba pensando en la situación vivida y dando rienda suelta a múltiples teorías sobre las casualidades, las sincronías, la causa y el efecto, etc, etc, etc.

Suficiente se dijo y decidió volver al café.

Allí estaban, su amigo con un café expreso servido y una sonrisa amable instalada en el rostro y, en la mesa de al lado su Él que no era su Él. Error, se había confundido, se había equivocado, ella que pensaba que algo así nunca le ocurriría. No era Él, sino alguien que se le parecía demasiado, un gran hombre público, tanto o más guapo que él, bebiendo café con otro hombre público que no clasifica para ser denominar como gran. Ambos definiendo el futuro del país o más bien evidentemente haciendo la repartija de los cargos menores luego del nombramiento de subsecretarios e intendentes.

Nunca fue Él. Todas las sensaciones, emociones y teorías fueron en vano. Así es la vida pensó, se rió de buena gana, se sentó y disfruto del café con una afable compañía. Me prendes el cigarrillo por favor, olvidé mi encendedor…

15 comentarios:

Marce dijo...

Un tris,
segundos en que la vida hace un raconto y nos paraliza.
Un tris suficiente para dimensionar lo que puede ser parte de la Historia, de nuestra propia Historia, y desde ahí, levantar la vista, caminar con paso firme y sonreírle al pasado.
Me gustó la actitud de la protagonista.Así quiero enfrentar a vida.

Nulo dijo...

mm q paso mi niña , parece q aun tienes cosas guardadas, como has estado ? espero q bien ...

te he hechado de menos, besitos...cuidate


q paso con el encendedor.??.mmm

besitos...Hunter

Pau dijo...

Ufff...
No puede ser...
Creo que es una situación algo desagradable... las emociones cuando son fuertes, se viven a concho...

Luego de un error así, a mi se me hubiera olvidado más que el encendedor.

Saludos.

Andrea Brandes dijo...

Leo tu relato, leo los comentarios y pienso: que bueno que las emociones humanas son universales!
Es fácil imaginarse el pinchazo en el pecho, la taquicardia, la confusión de la pobrecita.
Menos mal que existen amigos con los cuales tomarse un café!

Marcelo dijo...

Los parecidos se hacen más intensos al sonido de la música de tu post anterior. Oigo lo mismo, lo canto a veces, incluso lo compongo. Ojalá hubieses ido a mi concierto, pero no te enteraste. Ay, las barreras insalvables. Y esto, a propósito de bordes, tambiés. Gracias por leerme. Yo tb te leo.

Un abrazo

O.

princess olie dijo...

Olvídalo por un instante... Hoy es tu día. Nuestro día...
8 de marzo
Y tenemos un Día Internacional. Sí. Nosotras. Las Mujeres. Así, con mayúscula...

Saludos y un abrazo:

Olie
(Antofagasta)

Marce dijo...

Feliz Día Amanda!!
Mi mensaje para cada una de Uds., mujeres con talentos, sensibilidad e Historia.

Anónimo dijo...

feliz dia!..
que entretenido texto....parece q ese ponerse nerviosa pensando que es él, es mas comun de lo que creia...

me entretuve...

disfruta este dia con todo...con lo mejor de ser mujer y de estar acompañada por hombres...

besitos...

Rodrigo dijo...

saludos cariñosos..te deje un homenaje en el blog, aunque me resista a la idea de "un día"

un abrazo

Sol.. dijo...

No habras estado presente aquel dia, no?

Hace un par de semanas me sucedio algo parecido.. pero peor! Y cuando descubrí el equívoco, no sabía se abofetearme o gritar de alegria.. No hice ni lo uno ni lo otro.. pero brinde a su salud y a la mía..

Me sentí muy identificada con tu relato ;)

Un abrazo para ti!

Andres dijo...

Un día a lo lejos diviso a una mujer muy parecida a mi Malva, cuando la veo acercarse me ilusiono de una forma encantadora. Cuando pasa por mi lado, sabiendo que no era ella, la sentí tan cercana, viva y fragante como siempre.

mixtu dijo...

me a agradado teu cuento e lo final.. mui bueno
beijos de portugal

El Navegante dijo...

Hola Amanda:
el mundo entero es una gran fantochada, todos los que tienen grandes responsabildiades viven a veces de las apariencias.
Pero esta mujer que describes en esta preciosa narración,le lleva la delantera a muchos miserables que en la vida se aprovechan de esas apariencias sin importarle que le pasa a la persona que tiene al lado, para salir un poco de la politiquería.
Esta mujer es una ganadora , pues aún conserva la esperanza en otra oortunidad, que tal vez a los otros especímenes, no se les presente nunca.
Un besito

Mary Rogers dijo...

uyyyyyyy... la historia está llena de cosas...
Como dijo alguien: por andar con EL en la cabeza siempre.
Así es, inevitablemente. Entonces lo vemos en otras caras y en otras fachas todo el tiempo y no nos detenemos a comprobar por miedo a que sea... o que no sea.
Uff, el dolor de guata, los nervios, las frases completas de qué diremos y que no...Pobre protagonista. En todo caso, es una ganadora:)
Un abrazote

Claudia dijo...

solo para agradecer sus comentarios a todos y a todas y para contarle que ella no se había confundido, lo supo después, se alegro de saberlo, se alegro muchísimo de darse cuenta que no había sido en vano ese cúmulo de emociones
saludos
amanda