lunes, abril 24, 2006

tres parejitas enamoradas

Tiempo atrás, en el corazón del bosque vivían tres parejitas muy enamoradas. El lobo/a siempre andaba persiguiéndoles para cobrarles unas deudas pendientes. Para escapar y protegerse del lobo/a, las tres parejitas decidieron construirse una casita.
La primera parejita -Rafael y Sofía- hizo una casita de paja. Ellos solo estaban preocupados de pasarla bien, no querían dedicarse a trabajar. No querían pensar ni dedicar tiempo a la casa, era más importante charlar, bailar, leer historietas y escuchar musiquita. Veían llegar el amanecer aún jugando como niños sin preocuparse que de llegar el invierno tendrían frío. Para qué preocuparse del frío si se tenían el uno al otro para darse calorcito. Como los amorosos, andaban como locos y felices.
La pareja de la Andrea y Carlitos construyó una casita de madera. No tenían tanto tiempo de pasarla bien, de “estar”, como Rafael y Sonia. Había que comprar madera y clavitos, tomar muchas decisiones, el techo, la puerta, el supermercado. Al final de día estaban algo cansados y el tiempo de jugar era poco, aún así parecían felices, no tanto como Rafael y Sonia, pero felices.
La tercera parejita de enamorados, Jaime y Sarita, trabajaba en su proyecto de vida, una casa grande y sólida que pudiera albergar a muchos hijitos. El jardín y el perro también tendrían su lugar. Había que comprar una nueva TV y renovar la aspiradora. Ya pronto podrían pensar en la ampliación de la terraza de aquella casita. Para poder jugar cuando estuvieran viejitos.
- Ya veréis lo que hace el lobo/a con vuestras casas – se escucho decir a Jaime y Sarita a sus amiguitos, mientras ellos se lo pasaban en grande.
El lobo/a salió detrás de la primera parejita y corrieron hasta su casita de paja. Pero el lobo/a sopló y sopló con el viento del desamor y la casita de paja derrumbó. Con ella se fue solo el “buen pasar”, “el estar”, dejando el recuerdo de un amor que simplemente no fue nada, sin huellas, sin recuerdos. Solo una pequeña cicatriz escrita con sal en sus pieles de niños juguetones.
El lobo/a persiguió también a la segunda parejita por el bosque, que corrió a refugiarse en casa. Pero el lobo/a sopló y sopló y la fuerza del desamor también derribó la casita de madera. Que tristeza había en las caritas de Andrea y Carlitos. Todo su lindo cariñito tirado al suelo y una pequeña cicatriz escrita con sal en sus pieles de niños solo “un poco juguetones”.
Jaime y Sarita esperaban confiados la llegada del soplo del lobo/a. Habían leído el cuento de los tres chanchitos y se sentían seguros. Aún así cerraron bien las puertas y ventanas. El lobo/a se puso a dar vueltas a la casa, buscando algún sitio por el que entrar. Con una escalera larguísima trepó hasta el tejado, para colarse por la chimenea. Pero Jaime supo poner al fuego una olla con agua. Sin embargo, el lobo se dio cuenta y siguió buscando por donde soplar. Luego pensó en el poder de su soplido y simplemente se paró frente a la casita sólida y sopló y sopló y el viento del desamor pudo más. Allí quedó toda la historia de Jaime y Sarita, tirada al suelo, esparcida por el viento del desamor. Nunca pudieron reconstruir esa casita, había que buscar una nueva. Tampoco pudieron Rafael y Sofía ni Carlos con Andrea.
Los corazones de estas tres parejitas quedaron muy tristes. Se les escuchó murmurar muy despacio “los amorosos nunca han de encontrar, no encuentran, buscan”, siempre buscan.
El lobo/a se fue de allí, satisfecho de su labor cumplida, a buscar nuevos sueños que derrumbar.


FIN

21 comentarios:

MentesSueltas dijo...

Hermoso cuento, no tan cuento... en fin.
Me gustó mucho leerlo y prometo hacerlo de nuevo para meditar sobre él.

Un abrazo

MentesSueltas

bàrbara dijo...

que triste.

Marce dijo...

No Amanda, por favor, no hables mal de los lobos, no pueden ser ellos los que llevan los vientos del desamor, no quiero que sea el Lobo el que me enfrente, una vez más, a la tarea de buscar el amor.
Quiero creer en ellos, quiero amar a los lobos, correr con ellos y sentir que los lobos malos forman
parte de la mitología de los cuentos que no debimos leer.
(Alguna sincronía hay en nuestras publicaciones...)

Mary Rogers dijo...

Buscar nuevos sueños que derrumbar... uff, nada esperanzador, niña, nada.
De todas formas, me gustó mucho el cuento. Demasiado (¿será que en el fondo sólo deseamos buscar?)
Un abrazote

Anónimo dijo...
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LaRomané dijo...

Menos mal que soy perserevante y siempre vulevo a reconstruir desde las ceinzas.

Saludos
x0x0x0x
LaRomanè

Héctor Ojeda dijo...

De acuerdo... es una eterna busqueda y cada vez el corazón se da otra oportunidad... y otra y otra. Bonito post, un abrazo.

Milton Miguel dijo...

Excelente adaptación del clásico infantil, me gustó y es verdad, como decía el poeta "todo pasa y todo queda, pero lo nuestro ..."
M.M.

Anónimo dijo...
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Claudia dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
mixtu dijo...

Estupendo, tienes que publicar em libro
beijos de lisboa

burtonbk dijo...

Hey qué buena metáfora, de verdad me gusto mucho y conozco a muchas parejitas parecidas que el lobo debe tener en la mira
salu2

El Navegante dijo...

Es una lección para los enamorados que piensan en aqu{ello de "contigo , pan y cebolla" ya es suficiente.
Siempre estará el lobo de la estirpe que sea, aprovechando las debilidades de los inocentes.
la vida , feura d el apoe´sia y del arte, que todo lo transforma, es una jungla, donde hay que ser astuto y fuerte para sobrevivir, a veces tan sólo con el amor, como en las poesías, no basta.
Pero el espíritu de lucha , desde luego, siempre se impone.
Cómo no identificarnos entonces, con nuesros hermanos, los animales, a lso que se depredan sin piedad o maltratan sin compasión ??
Un besito Amanda, precioso cuento y mejor moraleja.

Sol.. dijo...

Hermosa forma de hacer cuento la realidad y de dejar claro que a la hora de construir un sueño de a dos, se necesitan de varios pilares, pues al amor no se le puede dejar todo el peso de la edificación.

Te dejo un gran beso!

Pato Correa dijo...

Una abrazo con mucho cariño

La gata que no esta triste y azul dijo...

Asi es. No existe edificacion ni fuego, cuando el amor se acaba es que se acaba.

Rodrigo dijo...

Saludos cariñosos. Mire usted como el lobo se anda cambiando de cuentos...y es posible que así sea...este fin de semana me vino a visitar una tropa de duendes...

cariños.

Xi dijo...

Amo a Jaime Sabines. "Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida. " Gracias por el guiño.

Me gustó la fábula, aunque te invito a que la pruebes con menos diminutivos. Se entiende que es un recurso, pero tiende a cansar un poco. Piénsalo.

Un besito.

Tadashi dijo...

¿De qué estará hecha la casa que no se caiga?...

Tal vez de tiempo...

O tal vez no sea una casa, tal vez sean dos personas sentadas en el piso...

Sin necesidad de nada más que de ellos mismos...

En todo caso, los medios pulmones del lobo, ja!...

Saludos...

Pablo dijo...

hola amanda, qué bien escrito el cuento, muy bien... claro que cabrá la posibilidad también de que el lobo se enamore de alguna loba por ahí... no?
en este caso, quien le soplaría el desamor a él...?
un abrazo, pablo.

Maxsand dijo...

No te tortures. Busca un lugar sin lobos, o reconstruye cada vez la casita...